La eyaculación femenina se convierte en tabú porno.

El porno es un negocio multimillonario muy controversial pero que desafortunadamente ha sido el principal medio de educación sexual para las masas, cuando esta función debería ser desempeñada por los gobiernos de cada país.

Sin embargo, en vez de tomar las medidas necesarias para fomentar una educación sexual real y saludable, algunos países del “primer mundo” supuestamente avanzados socialmente, como son el Reino Unido y Estados Unidos, en pleno siglo XXI diseñan leyes que prohíben la distribución de algunos tipos de pornografía, concretamente aquellos videos que muestran la eyaculación femenina.

Estoy totalmente de acuerdo que a nivel mundial la pornografía infantil sea castigada con todo el peso de la ley.

Pero en el caso concreto de la eyaculación femenina que es una respuesta sexual natural que al día de hoy está plenamente comprobada y fuera de debate para la ciencia, es algo completamente loco y sólo demuestra que como en la mayoría de casos, las leyes siempre van detrás de la ciencia y en este caso de manera alarmante.

Antecedentes históricos de la prohibición videos de eyaculacion femenina

Nan Kinney, agente de la revista lésbica On Our Backs, comenta que esta censura tiene raíces en la década de los 80 debido a que por aquella época “la eyaculación femenina se percibía como orina”.

La eyaculación femenina (que se puede encontrar en cualquier sitio porno bajo la categoría de squirting) tiene lugar incluso cuando la vejiga está vacía, y su composición y fuente son distintas a las de la orina.

Sin embargo, la British Board of Film Classification (el organismo regulador del entretenimiento inglés) opina lo contrario.

En 2009 la directora de películas pornográficas Anna Spans ganó ganó un pleito legal entablado contra su película Women Love Porn, que contenía escenas de eyaculación femenina.

Para ganarlo, Spans tuvo que demostrar mediante análisis químicos, que sus actrices eyaculaban, y no orinaban, ya que la ley en el Reino Unido identifica la práctica de la la urolagnia (o “lluvia dorada”), como ilegal.

Convertir la eyaculación femenina en un tabú porno… Mala idea

Este tipo de prohibiciones no sólo afecta la libertad de expresión, también contribuye a reforzar el esquema idealista acerca de la sexualidad femenina, de que es algo misterioso mucho más allá del alcance científico.

Afecta más a las mujeres que los hombres

La sexóloga Carol Queen propone un argumento más:

“A las mujeres que eyaculan, en ocasiones se les hace sentir vergüenza por ello, y debido a que la eyaculación femenina está asociada con el orgasmo, esto causa que la mujer reprima su orgasmo de manera consciente o inconsciente”

El problema entonces, no son precisamente la pornografía y los fetiches, sino el estigma social de la sexualidad impulsada por los gobiernos a través de leyes arbitrarias.

Queen concluye:

“la prohibición de estas imágenes sólo logrará reforzar la vergüenza y la falta de información. Esta prohibición es terrible… y en el caso concreto de la eyaculación femenina, el mensaje va justo al corazón de si una mujer se va a venir o no”.

Así que, lo que podría estar en juego para ponerlo en pocas palabras, es si podemos permitir que el gobierno del país en que usted vive, puede decidir acerca de qué tipo de orgasmos son “ilegales o ilegales”.